miércoles, 7 de junio de 2017

Feria Sculto 2017,  Logroño
Galería Siboney
 
 




 
 
 

miércoles, 31 de mayo de 2017

 
 
Foliis quam fossilium
 
 
  
 
Motum tandem, 154 x 30 x 30 cm.
Hierro patinado
 
 
 

 
Motum tortuosum,124 x 24 x 35 cm,
Hierro y cuerda patinado
 
 
 
 
Sfumato mel lignum, 65 x 53 x 60.
Hierro patinado 

jueves, 14 de enero de 2016


Dilectus Quercus rubra.2016.
 56 x 35 x 44.cm
Hierro patinado



 
Autumnus Quercu Ferrum. 2015.
50 x 50 x 50 cm.
Hierro patinado.




Autumnus inferendi. 2015.
68 x 37 x 44 cm.
Hierro patinado.


 

Castaneis pullulant.2015.
Hierro patinado.
142 x 65 x 68 cm.




Ferrum infirendi. 2015
.hierro patinado
45 x 24 x 24 cm




Reflexio Tulipa arbore.2015.
Hierro patinado.
82 x 28 x 40 cm


Brote de Roble. 2013.
65 x 43 x 52 cm.
Hierro patinado.
 


Hipocastaño rojo.2014.
Hierro patinado, madera.
160 x 40 x 40 cm.

viernes, 5 de octubre de 2012

                                          "EXPOSICIÓN " EL PUENTE DE LA VISIÓN




jueves, 4 de octubre de 2012

 Origo II


 Tilo blanco


Álamo de Oleza o Álamo cantarín de ses Illes.

Familia: Salicaceae.
Curiosa variedad del Álamo blanco (pópulos alba) cuyo origen se sitúa en Europa, África y Asia y que se encuentra en toda la Península, digo curiosa porque esta variante de Álamo se ha desarrollado única y exclusivamente en las Islas Baleares, y aunque ha mantenido ciertas similitudes con los ejemplares de la Península (el color blanco de la cara inferior de sus hojas, los periodos de floración) hay una serie de características que han hecho que este árbol sea objeto de varios estudios.

Más reducido y proporcionado que el resto de variedades de Álamo (altos y desgarbados), de formas suaves que con el paso del tiempo ganan en equilibrio y elegancia, muy apreciado en jardinería por la belleza única de su corteza y ramas. Posee además una perfecta y alegre relación entre el follaje y su porte, lo que le convierte en una variedad tremendamente apreciada por su agradable y acogedora sombra; dicen las voces de antiguos caminantes que el que descansa debajo de un Álamo cantarín, cae en un estado de relajado trance mecido por el suave sonido de sus ramas.

Aunque no soporta el frío, aguanta perfectamente la influencia de la mar, por lo que ha encontrado un hábitat perfecto en todo el litoral mallorquín.

Sus raíces son profundas y de un crecimiento excesivo, lo que recomienda no ser plantado cerca de edificios. Este hecho, unido a su compleja adaptación al clima atlántico ha impedido los intentos que se han llevado a cabo para su desarrollo en el Norte, donde es una variedad tremendamente codiciada por su belleza y por los diferentes usos que se le da a su madera.

Aparte de las ya conocidas aplicaciones mágicas que tradicionalmente se le han dado al Álamo blanco (El Álamo blanco, Eadha, correspondía a la letra E en el antiguo Alfabeto druídico Ogham), el Álamo de Oleza posee una madera  muy valorada en diferentes actividades. Es una madera homogénea, de densidad ligera y  secado rápido, resistente pero elástica a la vez, lo que la convierte en una madera ideal para todo tipo de herramientas, sobre todo  las de precisión y  aquellas empleadas en actividades que proporcionan serenidad y alegría al espíritu.  Es aquí donde la madera de este árbol sobresale entre todas las demás especies: Su utilización en la construcción de instrumentos musicales.

Esta practica a derivado en la aparición de diversos instrumentos, que si bien son incapaces de reproducir música con un mínimo de ritmo y armonía, causan en quien los escucha un efecto que va del asombro inicial a una alegría contagiosa que desemboca en una profunda y relajada sensación de bienestar, es una reacción similar a la que producen algunas drogas utilizadas en medicina contra la depresión y el hastío derivado de la mediocridad.

A este efecto al que Luthiers y Psiquiatras han  bautizado como “efecto Oleza” son especialmente sensibles (no tiene una explicación racional) las personas que se ríen hasta de si mismos, los niños y aquellos que todavía creen que es posible ser feliz sin molestar a nadie.

Castaño de la Nucia, Castaño grana. (Castanea Sativa Nucia). - Familia: Fagaceae
Esta variedad mediterránea es como el resto de los ejemplares de su especie un árbol de gran longevidad, porte majestuoso, fuste derecho, con copa recogida y frondosa, cuando va encaminado a la producción de madera, y de tronco corto y copa amplia y frondosa cuando se aprovecha como frutal.
La corteza es rojiza- grana y lisa en los ejemplares jóvenes, volviéndose en los viejos grana– violácea oscura,  gruesa y profundamente asurcada. Este color tan característico, unido al suave sabor a vino contenido en sus frutos, ha provocado varios estudios específicos de esta variedad, que si bien no han llegado a ninguna conclusión ha estado a punto de acabar con la especie por la ingesta masiva de sus frutos.
El sistema radicular es medianamente profundo, pero muy extendido y robusto. Llegando a prolongar sus raíces a muchos kilómetros de distancia. Es el Castaño de la Nucia, a diferencia del castaño común, un árbol que se desarrolla plenamente a nivel del mar, aguantando los largos y secos veranos de la zona ayudado por la larguísima longitud de sus raíces que lo conectan con lugares con climas más suaves y de mayor humedad,
Las hojas, alternas y caducas, aunque permanecen en el árbol un cierto tiempo después de secas, son de forma elíptico-lanceolada y regularmente aserradas en sus bordes. Su color es, como el de la corteza, de un intenso color vino-grana.

El Castaño común es una planta monoica: las flores de ambos sexos nacen en amentos verticales de 10-20 cm de largo. Las flores masculinas en la parte superior y las femeninas en la inferior. Surgen a finales de junio y hacia el otoño, las femeninas se convierten en espinosas bellotas (erizos) que contienen dos o más castañas parduzcas y se recogen entre octubre y noviembre. En el caso de los ejemplares Nucia es tal la simbiosis que han alcanzado las partes masculina y la femenina que comparten espacio, desarrollándose en perfecta armonía, sin alterar ni el tamaño de las flores ni el sabor de sus frutos.

Su fruto, la castaña, tiene cierto contenido alcohólico y un ligero sabor a uva, lo que hace que sean  muy apreciadas en todo tipo de repostería y en la maceración de licores.

La madera del Castaño de la Nucia es muy apreciada en la construcción de tonelería, habiéndose desarrollado en esta zona una importante industria que surte de barriles a las más prestigiosas bodegas internacionales


Fosiles III