Álamo de Oleza o Álamo cantarín de ses Illes.
Familia: Salicaceae.
Curiosa variedad del Álamo blanco (pópulos alba) cuyo origen se sitúa en
Europa, África y Asia y que se encuentra en toda la Península, digo curiosa
porque esta variante de Álamo se ha desarrollado única y exclusivamente en las
Islas Baleares, y aunque ha mantenido ciertas similitudes con los ejemplares de
la Península
(el color blanco de la cara inferior de sus hojas, los periodos de floración)
hay una serie de características que han hecho que este árbol sea objeto de
varios estudios.
Más reducido y proporcionado que el resto de variedades de Álamo (altos
y desgarbados), de formas suaves que con el paso del tiempo ganan en equilibrio
y elegancia, muy apreciado en jardinería por la belleza única de su corteza y
ramas. Posee además una perfecta y alegre relación entre el follaje y su porte,
lo que le convierte en una variedad tremendamente apreciada por su agradable y
acogedora sombra; dicen las voces de antiguos caminantes que el que descansa
debajo de un Álamo cantarín, cae en un estado de relajado trance mecido por el
suave sonido de sus ramas.
Aunque no soporta el frío, aguanta perfectamente la influencia de la mar,
por lo que ha encontrado un hábitat perfecto en todo el litoral mallorquín.
Sus raíces son profundas y de un crecimiento excesivo, lo que recomienda
no ser plantado cerca de edificios. Este hecho, unido a su compleja adaptación
al clima atlántico ha impedido los intentos que se han llevado a cabo para su
desarrollo en el Norte, donde es una variedad tremendamente codiciada por su
belleza y por los diferentes usos que se le da a su madera.
Aparte de las ya conocidas aplicaciones mágicas que tradicionalmente se
le han dado al Álamo blanco (El Álamo blanco, Eadha, correspondía a la letra E
en el antiguo Alfabeto druídico Ogham), el Álamo de Oleza posee una madera muy valorada en diferentes actividades. Es una
madera homogénea, de densidad ligera y secado rápido, resistente pero elástica a la
vez, lo que la convierte en una madera ideal para todo tipo de herramientas,
sobre todo las de precisión y aquellas empleadas en actividades que
proporcionan serenidad y alegría al espíritu. Es aquí donde la madera de este árbol
sobresale entre todas las demás especies: Su utilización en la construcción de
instrumentos musicales.
Esta practica a derivado en la aparición de diversos instrumentos, que
si bien son incapaces de reproducir música con un mínimo de ritmo y armonía, causan
en quien los escucha un efecto que va del asombro inicial a una alegría
contagiosa que desemboca en una profunda y relajada sensación de bienestar, es
una reacción similar a la que producen algunas drogas utilizadas en medicina
contra la depresión y el hastío derivado de la mediocridad.
A este efecto al que Luthiers y Psiquiatras han bautizado como “efecto Oleza” son
especialmente sensibles (no tiene una explicación racional) las personas que se
ríen hasta de si mismos, los niños y aquellos que todavía creen que es posible
ser feliz sin molestar a nadie.
Castaño de la Nucia, Castaño grana.
(Castanea Sativa Nucia). - Familia:
Fagaceae
Esta variedad mediterránea es como el
resto de los ejemplares de su especie un árbol de gran longevidad, porte
majestuoso, fuste derecho, con copa recogida y frondosa, cuando va encaminado a
la producción de madera, y de tronco corto y copa amplia y frondosa cuando se
aprovecha como frutal.
La corteza es rojiza- grana y lisa en
los ejemplares jóvenes, volviéndose en los viejos grana– violácea oscura, gruesa y profundamente asurcada. Este color
tan característico, unido al suave sabor a vino contenido en sus frutos, ha
provocado varios estudios específicos de esta variedad, que si bien no han
llegado a ninguna conclusión ha estado a punto de acabar con la especie por la
ingesta masiva de sus frutos.
El sistema radicular es medianamente
profundo, pero muy extendido y robusto. Llegando a prolongar sus raíces a
muchos kilómetros de distancia. Es el Castaño de la Nucia, a diferencia del
castaño común, un árbol que se desarrolla plenamente a nivel del mar,
aguantando los largos y secos veranos de la zona ayudado por la larguísima
longitud de sus raíces que lo conectan con lugares con climas más suaves y de
mayor humedad,
Las hojas, alternas y caducas, aunque permanecen en el árbol un cierto tiempo
después de secas, son de forma elíptico-lanceolada y regularmente aserradas en
sus bordes. Su color es, como el de la corteza, de un intenso color vino-grana.
El
Castaño común es una planta monoica: las flores de ambos sexos nacen en amentos
verticales de 10-20 cm de largo. Las flores masculinas en la parte superior y
las femeninas en la inferior. Surgen a finales de junio y hacia el otoño, las
femeninas se convierten en espinosas bellotas (erizos) que contienen dos
o más castañas parduzcas y se recogen entre octubre y noviembre. En el caso de
los ejemplares Nucia es tal la simbiosis que han alcanzado las partes masculina
y la femenina que comparten espacio, desarrollándose en perfecta armonía, sin
alterar ni el tamaño de las flores ni el sabor de sus frutos.
Su
fruto, la castaña, tiene cierto contenido alcohólico y un ligero sabor a uva,
lo que hace que sean muy apreciadas en
todo tipo de repostería y en la maceración de licores.
La
madera del Castaño de la Nucia es muy apreciada en la construcción de
tonelería, habiéndose desarrollado en esta zona una importante industria que surte
de barriles a las más prestigiosas bodegas internacionales
Fosiles III